El Retiro atesora tres obras maestras de Mariano Benlliure. El genial escultor valenciano (1862-1947) creó expresamente para el parque dos estatuas ecuestres -dedicadas al rey Alfonso XII y al general Martínez Campos- y un monumento al periodista Miguel Moya.

El recorrido por la obra de Benlliure comienza en la glorieta de La Rosaleda. Allí se alza el monumento a Miguel Moya. Erigido en 1928, rinde homenaje al periodista madrileño (1856-1920) que dirigió el diario El Liberal a finales del siglo XIX. Moya aparece flanqueado por un redactor y un linotipista. El monumento fue levantado por suscripción popular a iniciativa de la Asociación de la Prensa de Madrid, cuyo primer presidente fue precisamente Miguel Moya. Las primeras 500 pesetas fueron aportadas por el rey Alfonso XIII.

Las dos obras ecuestres de Benlliure, dedicadas a Alfonso XII y a Martínez Campos, se encuentran enfrentadas espacialmente, a pesar de la estrecha conexión histórica entre ambos personajes. El general Arsenio Martínez Campos, artífice de la Restauración monárquica tras la Primera República, da paradójicamente la espalda a su amado rey, Alfonso XII, fallecido prematuramente a los 27 años de tuberculosis.

Se trata de dos obras de gran belleza y expresividad. Benlliure fue elegido en el concurso público promovido por el Congreso para esculpir la estatua principal del monumento a Alfonso XII “El Pacificador” en el Estanque del Retiro. Otros 21 ilustres escultores de la época firmaron el resto de obras que enriquecen el conjunto monumental, pero la gloria se la lleva el escultor valenciano. Su retrato del joven rey a caballo, en posición de revista de tropas y con la afilada espada extendida hacia el suelo, corona uno de los monumentos más emblemáticos y fotografiados de Madrid. El monumento se construyó entre 1902 y 1922.

Martínez Campos (1831-1900) encabezó el pronunciamiento militar de Sagunto, el 29 de diciembre de 1874, que proclamó rey al entonces príncipe Alfonso, hijo de Isabel II. El general dirigió las campañas militares contra los carlistas en Cataluña y Navarra contra los independentistas en Cuba, entre otras, y participó en la Guerra de África. Entre otros cargos, fue ministro de Guerra y presidente del Consejo de Ministros.

La obra de Benlliure, en la plaza circular de Guatemala, le representa en una de sus campañas, a lomos de un caballo que descompone la figura. El gesto de cansancio del caballo da fe del genio del escultor español. Sufragada por suscripción popular, fue inaugurada en 1907. Se emplearon 21 toneladas de bronce que se obtuvieron de la fundición de piezas de los Parques de Artillería de Madrid y Barcelona.

Benlliure ganó el concurso público convocado para adjudicar la escultura, en competencia con Agustín Querol, y cobró 133.000 pesetas por la obra.

Hay una cuarta obra de menor relieve de Benlliure en el Retiro. Es el monumento a Cuba. Las carabelas, las tortugas y las iguanas llevan la firma del escultor valenciano. Fue encargado en 1929 por el dictador Miguel Primo de Rivera, pero la proclamación de la Segunda República paralizó la obra, que no fue concluida hasta 1952. Las estatuas de Colón y de Isabel la Católica son de otros escultores: Francisco Asorey y Juan Cristóbal, respectivamente, y la figura femenina que representa a la isla es de Miguel Blay.

Hay una quinta obra de Benlliure creada expresamente para el Retiro, pero que hoy está situada en la entrada norte del Museo del Prado: el monumento a Francisco de Goya. Su emplazamiento original fue el Paseo de Coches, en el acceso a la Casa de Fieras.

Foto: Ignacio Bazarra

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