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El Parque del Retiro es testigo vivo de la historia de España desde que se fundó en pleno Siglo de Oro. Durante 235 años fue de uso exclusivo de la Familia Real. Pero desde el XIX la apertura del parque a los ciudadanos fue ganando terreno hasta que la cesión a los madrileños fue ya definitiva. Uno de los hitos que destacan en ese devenir fue el nombramiento de Manuel Azaña como Presidente de la República en el Palacio de Cristal, sólo dos meses antes de que estallara la Guerra Civil.

El Retiro fue un parque de uso exclusivo de la Familia Real durante 235 años. Desde 1633 hasta 1868. Los reyes cazaban, paseaban a caballo, rezaban en las ermitas diseminadas por el parque y presidían suntuosas fiestas de la Corte en los jardines y bosques que conformaban el Buen Retiro.

La ocupación napoleónica dejó destrozados el palacio y los jardines, pero paradójicamente abrió a los madrileños la posibilidad de disfrutar de este espacio verde. José Bonaparte permitió el uso del parque a los vecinos de Madrid, y cuando llegó Fernando VII no le quedó más remedio que prorrogar el acceso al menos a una parte del parque. El resto lo mantuvo para su disfrute, de ahí el nombre de ”El Reservado” con el que se conoce esa zona nororiental del Retiro donde sólo podía entrar la Familia Real. Corresponde a lo que hoy es la Montaña Artificial, la Casita del Pescador o la Casa de Fieras.

La Revolución Gloriosa, de 1868, expulsó a Isabel II de España, escogió como rey a Amadeo de Saboya y terminó derivando en una efímera República. En ese breve período se abolió la esclavitud, se aprobó la peseta… y el Estado cedió al Ayuntamiento de Madrid el Parque del Buen Retiro. Concretamente, el 8 de noviembre de 1868 un decreto del Ministerio de Hacienda otorgó la propiedad del parque al Ayuntamiento, siendo alcalde Nicolás María Rivero. El Retiro es renombrado oficialmente “Parque de Madrid” y así figura aún hoy en alguna de las puertas de acceso.

La cesión fue irreversible. Cuando Alfonso XII, hijo de Isabel II, fue proclamado rey en 1874 tras un pronunciamiento militar del general Martínez Campos, el parque ya era de todos los madrileños y no habría vuelta atrás. Años después, y consternados por la prematura muerte del monarca, los diputados a Cortes aprobaron la construcción de un grandioso monumento en el Estanque a quien fue bautizado como “El rey pacificador”.

La Segunda República lo declara Jardín Histórico Artístico

Fue el primer paso importante para proteger al Retiro de la especulación urbanística y la destrucción de su patrimonio. El 8 de febrero de 1935 el Gobierno republicano presidido por Alejandro Lerroux aprobaba la declaración del parque como Jardín Histórico Artístico.

El dictamen científico que justificó al medida fue encargado a la Academia de Bellas Artes. Su redactor, el historiador gaditano Félix de Llanos y Torriglia, lo firmó el 1 de noviembre de 1934. Este documento tiene un gran valor para conocer la historia del parque.

Azaña, elegido presidente en el Palacio de Cristal

El domingo 10 de mayo de 1936, sólo dos meses antes de que estallara la Guerra Civil, Manuel Azaña era elegido Presidente de la República en el Palacio de Cristal.

¿Por qué en el Retiro y no en las Cortes? El presidente debía ser elegido por 911 compromisarios, elegidos a su vez por sufragio universal, así que el Palacio de la Carrera de San Jerónimo se quedaba pequeño para albergar los mil escaños. Se optó por el Palacio de Cristal. El calor, debido al sol que entraba a raudales por las cristaleras, llegó a ser asfixiante, según cuentan las crónicas. Menos mal que Chicote, en el exterior, montó un cóctel que alivió los calores de sus señorías. Azaña fue elegido presidente por amplia mayoría (754 votos de los 847 emitidos) y al día siguiente prometió el cargo ya en una sesión solemne en la Carrera de San Jerónimo.

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